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La floración temprana de la histórica industria de las rosas de Bulgaria es estimulada por el cambio climático

El cambio climático que ha provocado primaveras más cálidas y húmedas aproximadamente un mes antes de lo normal, ha obligado a los agricultores búlgaros a cosechar sus pétalos de rosa para fabricar su famoso aceite esta semana.
El país miembro de la Unión Europea ubicado al sureste de los Balcanes, es un de los mayores productores mundiales de aceites de rosas aromáticos que es utilizado en la industria cosmética. El valle de las Rosas central produce el mejor aceite de rosas, donde, según los historiadores, las flores se han cultivado desde el antiguo reino de Tracia en los siglos VIII a.C.
En 1820, la primera fábrica de aceite se inauguró en la cercana ciudad de Kazanlak, donde el proceso de elaboración de las 2 a 3.5 toneladas de aceites de rosas que se producía anualmente en Bulgaria no era fácil. Aproximadamente se deben arrancar más de 1.000 pétalos de rosa temprano en la mañana para producir un gramo de aceite de rosas, debido a su mayor contenido de aceite esencial alrededor de las 7:00 a.m.
Según Miroslav Terziev, cultivador de rosas en el pueblo de Cherganovo, cada noche se forma una condensación que se adhiere a la rosa, haciendo que el aceite de la flor esté en su mejor momento. Los pétalos de rosas también son utilizados para la fabricación de productos como el agua de rosa, mermeladas de rosas, té de rosas y brandy de rosas. Las condiciones climáticas juegan un papel fundamental para el resultado de la calidad de los pétalos y el aceite, siendo necesaria una combinación de calor y humedad, dijo Trador Nikolaev, tecnólogo jefe de la destilería Terra Roza.
Según Nikolaev, el reciente invierno templado y el cálido marzo hicieron que las rosas empezaran a florecer a principios de este año y que la temporada de recolección comenzara unas tres semanas antes de lo habitual, manteniendo a los agricultores ocupados recolectando los pétalos. Debido a que mayo es un mes bastante lluvioso, las flores no florecen todas a la vez, permitiendo una buena recolección de los jardines. Las bajas temperaturas impiden que el aceite se evapore, lo que hace que la temporada sea favorable para todos los sistemas de producción.
Los científicos dicen que el cambio climático de las últimas décadas ha hecho que las plantas empiecen a florecer semanas antes de lo esperado. Valentin Kazandjiev, agrometeorólogo del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología de Sofía, dijo que revisando los archivos de 1987 se descubrió que el inicio activo y masivo de la floración de los rosales se produjo entre el 10 y el 20 de junio. Y ahora se tienen rosas que empiezan a florecer un mes antes.
Según Kazandjiev, los agricultores que se enfrentan al cambio climático deben centrarse en tecnologías que mitiguen su impacto, mientras los científicos recomienden diferentes zonas geográficas para diferentes cultivos cada década.