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El Reino Unido busca reactivar su polémico y fallido plan para enviar inmigrantes a Ruanda

El gobierno de Reino Unido intenta su último esfuerzo para reactivar su estancado plan de enviar a solicitantes de asilo a un viaje de ida a Ruanda. Esta vez el proyecto de ley busca superar el bloqueo de la Corte Suprema del Reino Unido sobre los vuelos de deportación, llegando nuevamente a debate a la Cámara de los Comunes el lunes y podría hacerse efectivo en unos días.

Eso serviría como un impulso par el gobierno del primer ministro Rishi Sunak, tras las inquietudes de sus colegas legisladores conservadores, en medio de un partido cada vez rezagado en las encuestas de opinión, previas a las elecciones previstas para este año.

Los cambios realizados en el proyecto de ley de seguridad de Ruanda enviado por la Cámara de los Lores, cámara alta del Parlamento, será sometida a revisión por los legisladores de la Cámara de los Comunes. Los Lores incluyeron enmiendas diseñadas para suavizar la legislación.

Es probable que los legisladores de la Cámara de los Comunes, al tener a la mayoría de conservadores, elimines las 10 enmiendas. Luego de una constante lucha de ida y vuelta con la cámara alta, está casi asegurado que los Comunes prevalecerán debido a que los Lores no electos no pueden anular la cámara baja electa. A pesar de que el proyecto se convirtiera en ley, es probable que pasen semanas antes de empezar a ejecutarse las deportaciones a Ruanda, ya que algunas de las personas elegidas para la deportación hagan sus apelaciones legales.

El primer ministro dijo el lunes mantener su promesa anterior de que las deportaciones empezarían en la primavera. El acuerdo firmado hace casi dos años entre Gran Bretaña y Ruanda detalla que los inmigrantes que cruzaran el Canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones ilegales serían enviados al país de África Occidental, de forma permanente. Según Sunak el plan es clave para detener las embarcaciones de inmigrantes no autorizados en Reino Unido. Según Sunak estas deportaciones evitaran que solicitantes de asilo no autorizados realicen viajes riesgosos y rompiera el modelo de negocio de las bandas de tráfico de personas.

En 2023 llegaron Gran Bretaña cerca de 30.000 embarcaciones pequeñas, muchas de ellas provenientes de África. Sunak dijo que necesita dejar claro que si llegan ilegalmente, no podrán quedarse y serán expulsados. Sería la única forma de resolver el problema de migración ilegal para Sunak. El acuerdo entre Gran Bretaña y Ruanda es de al menos 370 millones de libras (470 millones de dólares) y es posible que el costo siga aumentando. Al momento nadie ha sido enviado a Ruanda, pero el acuerdo ya ha enfrentado múltiples desafíos legales.

El acuerdo fue dictaminado como ilegal por la Corte Suprema del Reino Unido, en noviembre, al no ser la nación un destino seguro para los inmigrantes. Ruanda ha documentado una serie de supuesta represión de la disidencia por parte del gobierno durante décadas, así como restricciones en libertad, reunión y expresión en Internet, según grupos de derechos humanos y gobiernos.

En respuesta a ellos ambas naciones han firmado un tratado para comprometerse a fortalecer la protección de los migrantes. El tratado permite aprobar una ley para declarar a Ruanda como un destino seguro, según el gobierno conservador de Sunak. El proyecto de ley sobre seguridad de Ruanda, declara al país como seguro, dificultando que los solicitantes de asilo impugnen las deportaciones y permite que el gobierno británico ignore las órdenes del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que ha bloqueado las deportaciones.